El Cerro desconocido (Columna de opinión).

Hace años que me viene a la imaginación como se vivía antiguamente, mucho antes incluso que los romanos se asentarán en estas tierras. El cómo cazaban, como se vestían o como interactúan entre ellos me ha causado, desde una temprana edad, motivo de admiración.

Y es que no hay que irse muy lejos de donde vivimos para saber un poco más sobre nuestros abuelos. La máquina del tiempo en forma de tell protohistórico, que, según la RAE, nos viene a decir que es una «Colina artificial formada por la superposición de ruinas de edificaciones en diferentes épocas», más concretamente desde la prehistoria a lo que se considera historia con la aparición de la escritura.

Debido a su importancia arqueológica, el ayuntamiento de la Rinconada instó a las autoridades competentes la declaración como Bien de Interés Cultural, o lo que es lo mismo BIC, pero por desgracia, lejos de arqueólogos, historiadores o ayuntamiento, es un terreno desconocido por muchos, entre ellos vecinos que conviven con esa parte de la historia de forma diaria.

No son pocos los vehículos que bordean la carretera y seguramente ninguno de los ocupantes reparan en lo que dejan a su izquierda nada más entrar al municipio de La Rinconada por San José. Yo reconozco que cada vez que paso por allí me quedo mirando esa colina como quien mira un helado en verano, con las mismas ganas de conocerlo más.

Para muchos es conocido como el Cerro Macareno, aunque desconozcan su historia, para otros una colina más de tantas que hay en la zona.

Creo que para ser conocido debe primero de existir unas condiciones, como la publicidad. Actualmente, es poca, o muy poca, la publicidad de un entorno tan importante. Es cierto que desde el ayuntamiento organizan una serie de visitas al enclave, guiadas con esmero, pero que se quedan en diez o quince vecinos de la zona.

La última noticia que leí al respecto del tell es que descubrieron una serie de edificaciones, que bien pudieron ser viviendas, de la época del Bronce final, que los expertos afirman que pudieron ser los asentamientos urbanos de la mismísima civilización tartésica.

Si es tan importante, ¿cómo es tan poca gente lo conoce? La respuesta la encontramos en ese sello de Bien de Interés Cultural.

Con la declaración BIC1, el asentamiento estaría más protegido de actos vandálicos y expolios (en el museo arqueológico de Sevilla se puede ver, entre otras piezas, la tableta de barro cocido con muecas que siguen intrigando a expertos).

Espero que no pasen muchos años en los que, siendo ya un lugar protegido por ley y delimitado, sea visitado por multitud de personas que quieran viajan en el tiempo y dejarse seducir por esa colina, que a vistas del vecino es desconocida, pero a ojos de expertos es tan importante.

Notas al pie
1
El expediente, incoado este verano, protegerá de 73 hectáreas para su estudio y conservación.


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